Gestión del patrimonio familiar

La gestión patrimonial familiar implica la necesidad de crear un marco de actuación ético que regule las actuaciones aceptables y las consecuencias de contravenir los acuerdos. Los miembros afectados por la gestión patrimonial familiar deben aceptar tres principios fundamentales:

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La cohesión familiar es un pilar básico que permite soportar la gestión familiar y patrimonial basada en principios y valores comunes para todos los miembros, pero requiere que exista y se fomente un clima de confianza entre todos sus miembros. Este clima de confianza se maximiza con el establecimiento de unas reglas de funcionamiento explícitas que permitan clarificar qué actitudes y acciones son aceptables. 

Borja Durán consejero delegado de Wealth Solutions, en su obra “Gestión del patrimonio familiar” (2021) describe las seis dimensiones del capital que se interrelacionan, y que pueden tener mayor o menor intensidad según sea el caso de cada patrimonio familiar. La aplicación consciente de estas dimensiones contribuye a incrementar las posibilidades de una gestión patrimonial exitosa al momento del cambio generacional. Estas dimensiones son:

1. Capital espiritual

Se refiere a la interrelación entre los valores familiares y los actos de sus miembros. Se trata de tener identificadas las prioridades de la vida y cómo la mayor riqueza que poseen sus miembros pueden ayudarles a ser mejores personas.

2. Capital humano

Se refiere al desarrollo de habilidades y capacidades que conforman el carácter de las personas y su actitud hacia su comprensión y gestión de su patrimonio personal. 

3. Capital familiar

Se refiere a las habilidades de permanecer en contacto con el resto de la familia. Las posibilidades de enriquecer las relaciones, gestionar los conflictos y disponer de señas de identidad comunes.

4. Capital organizativo

Se refiere a la capacidad de organización de gobierno, toma de decisiones, representación, solución de conflictos, gestión de posibles inversiones y negocios de forma conjunta o independiente. La forma de aumentar el capital organizativo es mediante medidas tales como un código familiar, códigos de conducta o consejos de familia.

5. Capital social

Se refiere a la importancia social y prestigio de la familia. La historia familiar, orígenes y éxitos mejoran la potencial del patrimonio familiar. Puede ser una base para colaborar con proyectos filantrópicos, de manera privada o pública.

6. Capital financiero

Se refiere en la gestión patrimonial con un enfoque empresarial y de crear expectativas realistas de la evolución del patrimonio familiar. El patrimonio se crea de forma lenta, pero se puede perder de manera muy rápida, por lo que es importante tener en cuenta la necesidad de aplicar una gestión patrimonial profesional y aplicando criterios de gestión empresariales.

Conclusión

Para cada inversor y familia el patrimonio tiene un significado distinto que se refleja en su forma de vida que afecta a muchos aspectos, y acaba influyendo en cómo ahorramos, invertimos, gastamos o donamos. El patrimonio tiene distintas dimensiones que hacen que difiera mucho de solo dinero tangible, y que debe ser utilizado para actuar de catalizador para la transmisión de valores y principios, historia familiar y sentido vital al resto de la familia.

Estrategia de gestión patrimonial básica

La estrategia básica es relativamente sencilla de aplicar y ejecutar, por lo que suele ser una de las utilizadas en las carteras financieras con activos financieros tales como renta variable, renta fija, fondos de inversión, ETF y productos invertibles de manera directa y líquida, ya que tiene menores costes y riesgos de gestión y el proceso de supervisión es más simple. Adicionalmente, los ajustes y rebalanceos necesarios son de fácil aplicación.

En este tipo de estrategia de inversión la mayor parte del valor generado en la cartera proviene de la beta generada por el mercado, por lo que la clave es la definición y elección de las clases de activos y de los activos en sí.

Como ejemplo de la gestión patrimonial mediante la estrategia básica en la que deseamos tener exposición a la bolsa mundial, podemos escoger un fondo de inversión o un ETF indexados al MSCI World. En este caso, el comportamiento de la cartera estaría en relación con el comportamiento del índice.

Esta estrategia puede aplicarse en un amplio espectro, desde importes pequeños hasta importes elevados, y el nivel de conocimientos para implementarla, seguirla y ajustarla es bajo, así como sus costes de ejecución. Además de que se puede convertir en líquida en un plazo de tiempo corto.

En conclusión, la estrategia básica es sencilla, barata, con un bajo riesgo de gestión y de procesos, fácil de rebalancear, se puede construir a partir de cualquier importe y los activos son accesibles a cualquier inversor.

Estrategia de gestión patrimonial sofisticada

Esta estrategia requiere una exigencia superior y suele implicar, normalmente, importes más elevados, puesto que para acceder a ciertos activos se precisan inversiones mínimas de mayor cuantía. Se trata de combinar una estrategia básica para una gran parte de la cartera, por ejemplo, un 80% del total, dejando el resto para las estrategias más complejas. De esta manera, la parte más estratégica (la de más largo plazo) será más estática, estructural y, por el contrario, la parte restante da exposición a alternativas más sofisticadas.

También se denomina estrategia core-satellite, lo que significa que gran parte de esta es la principal (core) y que alrededor se seleccionan distintos satélites para complementarla donde se espere poder generar mayor valor añadido. En este tipo de estrategias se opta por un grado de rentabilidad superior, pero a cambio se está sometido a una mayor volatilidad, por lo que las probabilidades de perdida parcial con esta estrategia son mayores.

Al tratarse de estrategias más complejas, estas requieren un equipo con mayor cualificación y dedicación, ya que su implementación es algo más costosa y exige un mayor grado de iliquidez, y, además, el proceso de rebalanceo es más tedioso y supone mayor complejidad. Un ejemplo de la estrategia sofisticada sería una cartera que invierte el 60% de la cartera en bolsa mundial a través de un fondo de inversión indexado al MSCI World y el resto en estrategias más complejas en activos invertidos en activos con gestión activa, fondos de inversión temáticos o inversión alternativa a través de hedge funds.

En conclusión, la estrategia sofisticada es más compleja, los costes pueden ser algo superiores, el riesgo de gestión y procesos es moderado, se requiere un balanceo sofisticado y tener acceso a cierto tipo de activos, y el importe mínimo de inversión es más elevado.

Estrategia de gestión patrimonial avanzada

La estrategia avanzada suele incorporar inversiones inmobiliarias directas, fondos de inversión, private equity o venture capital. Las características de estos activos hacen que las carteras con esta estrategia estén expuestas a riesgos adicionales y con un nivel de liquidez menor, lo que puede afectar los reajustes de cartera cuando las condiciones de mercado no permiten una venta parcial o total de los activos de la cartera, lo que puede generar dificultades en el rebalanceo.

Para esta estrategia se requieren importes elevados pues las inversiones directas o en vehículos colectivos especializados exigen importes cuantiosos (en ocasiones superiores al millón de ) además de ir asociados a niveles considerables de apalancamiento financiero. Para participar en este tipo de estrategia se requiere tener una gran capacidad financiera además de contar con acceso preferente a este tipo de activos. 

En conclusión, la estrategia avanzada es más compleja, asume mayores costes de análisis e implementación, su riesgo es elevado y requiere especialización máxima. Además, el rebalanceo puede ser complejo, los importes mínimos de inversión pueden ser elevados y el acceso a ciertos activos puede estar restringido.

Cristian Burgos Cabrera

Wealth Manager

Cristian Burgos Cabrera es un experto en cultura y planificación financiera con una sólida formación académica y profesional. Posee una Especialización en Gestión Patrimonial y Estrategia de Inversiones de ESADE, Barcelona, y un Máster en Dirección de Marketing de EADA, Barcelona. Además, es Consultor Financiero certificado por la Universidad de Palermo, Argentina, y ha completado el Programa de Alta Dirección en ESADE, entre otros programas de especializacion. Está certificado como Independent Financial Advisor por Dominion Capital Strategies y Bank of New York Mellon, y es referidor independiente autorizado para los principales Puestos de Bolsa de la República Dominicana.

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